Aforismos

by mentolada on 24.11.08

Si ya todo está dicho sin sobrepasar el límite de las tres líneas y las cincuenta palabras, entonces, lo que sea que escriba, ya viene sobrando.
Mirella Rico





Lo escaso y lo críptico

Lo que sea que escriba, ya viene sobrando.

Esta frase de Mirella me perseguirá por semanas. Tengo textos de unas cuántas líneas que, para mí, cuentan una historia completa. Y dónde añadir líneas, no sólo sería innecesario sino hasta perjudicial para la esencia misma del texto. En los que cualquier explicación adicional, sea antecedente, evento o personaje dañaría la estructura.

A veces, las explicaciones vienen sobrando.


Abundante misterio

La concisión no es mi fuerte. Tiendo a usar formas complicadas y fondo alegórico y nebuloso. Aún ahora, lucho por transmitirles esta idea con oraciones claras, cortas y limpias.

En el vivir, el hablar, el amar, el... Todos mis infinitivos adolecen de ello. Hasta mis silencios se inundan con formas indirectas, expectantes a una interpretación. Sea por vicio o por costumbre, no puedo evitar querer decir algo (y de la manera mas enrevesada posible) en vez de decirlo.

Decirlo es fundamental en un cuento y para cumplir ciertas funciones de desarrollo de la trama y encauzamiento de la lectura hacia un desenlace entendible y verosímil, este ha de desplazar al afán tan propio de solamente querer decir algo.

Se levantó esa mañana y se quedó todo el día de pie frente a la ventana. Claro, corto y limpio. Puedes ver claramente a alguien y quedarte de pie junto a él. Aquí se distingue el contexto, la acción y quien la realiza sin dificultad. En cambio, con: Al comenzar a perder el cobijo de la oscuridad, el soñador renuncia al sueño para contemplar el recorrido del día que empieza. ¿Cómo saber aquí; quién, dónde y cómo se ejecuta la acción? Aún más importante, ¿cuál es la acción?


Estoy simplificando el problema, por supuesto, porque en los dos casos se puede oscurecer o esclarecer la trama con las oraciones que le sigan. Alterando la interpretación o el nivel de atención (o lo que fuera) requerido para realizarla. El problema radica entonces, cuando todas las oraciones utilizadas en un texto tienen el corte, fondo y forma de la segunda oración.

No cabe duda, cual de las dos oraciones prefiero. Ni tampoco, mi predilección por llenar un mismo texto de ellas. Aceptando y hasta fomentando lo que esto genera en el lector al enfrentarlo con el texto. Sustentando esta elección en cuestiones de estilo, estética o preferencias personales. Sin embargo, dentro del formato y la definición de cuento, estos argumentos no resultarían válidos.

Al ser el cuento un relato conformado por una relación de sucesos que conducen a un determinado desenlace, la comunicación clara y efectiva es vital para poder seguir al personaje y lo que experimenta dentro del universo que se crea con el cuento. Si bien motivaciones, impulsos, patrones y/o sentimientos pueden quedar inferidos u omitidos en la redacción, la cadena de eventos y el contexto en el que se desarrollan debe poder distinguirse al finalizar la lectura. He aquí la necesidad de incluir oraciones del primer tipo.

Este discernimiento final (de eventos y contexto) no está presente en la mayoría de mis textos. Precisamente por la elección consciente del segundo tipo de oraciones.

Me gusta marear pues. Pero miren el compromiso desmedido, que nunca los suelto y eligo (sí eligo) irme de bruces con ustedes.


En el país de los ciegos…

La característica común en la mayoría de mis textos, sea cual fuere su naturaleza, es el tinte ambiguo de la introspección. Mi experiencia, a través de mis ojos, contado con mis palabras. Sin mencionar el uso y el propio entendimiento de ellas.

Notan entonces, ¿en dónde radica el sin principio y sin fin de la subjetividad? La imposible tarea de no perderse en él, y en consecuencia, la incapacidad de lograr una separación definitiva y cruel.

Concisión, claridad, frugalidad de palabra, limpieza en las estructuras no son suficientes; pero estoy segura que ayudan. Y mucho.


Ah sí! anduve aprendiendo a esclarecer mis oraciones para poder contar ovejas en fila india sin caer dormida yo, ni hacerlos caer dormidos a ustedes. Por eso no estuve.

Ahora, entre cuentos y cuentas, escribo más, diferente y con decodificador a pilas a lado.



Bienvenidos.



8 comments

a veces
menos es más
a veces

otras no

by no decir on 9:45 a. m.. #

Estamos todos en una selva de palabras. Y corremos al ver una jauría. Ya sea para alejarnos o darles el encuentro.

Un gusto tenerte de vuelta.

by Juan Manuel Robles on 6:02 p. m.. #

Siempre llega mi mano
más tarde que otra mano que se mezcla a la mía
y forman una mano.

Cuando voy a sentarme
advierto que mi cuerpo
se sienta en otro cuerpo que acaba de sentarse
adonde yo me siento.

Y en el preciso instante
de entrar en una casa,
descubro que ya estaba
antes de haber llegado.

Por eso es muy posible que no asista a mi entierro,
y que mientras me rieguen de lugares comunes,
ya me encuentre en la tumba,
vestido de esqueleto,
bostezando los tópicos y los llantos fingidos.

Saludos de tu Placebo :)

http://www.elhablador.com/poesia15_5.html

by Nestor Malaga on 7:41 p. m.. #

chorita, mujer tránsfuga, carterista retirada, ya no apareces. Cuantos lios por estos lares, nutritivos y multivitaminicos. :)

by [_kara_] on 11:03 a. m.. #

con que esas tenemos. a ver pues. quiero leeeer

by Eleafar Cananita on 1:16 p. m.. #

yo creo que se debe escribir como se habla, y compara hablar no deben existir restricciones,pues bienvenidas sean las palabras sin importar cantidades ni entreveros, al fin y al cabo lo que importa es que sean autenticas...

PD.vaya lio el que escribi,ya no se si ese era el tema...

by Rolando Escaró on 9:36 p. m.. #

¿Por qué me la pides, Literata?
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me gusta tu blog, atemporal, ucrónico .....
pasaré seguido

besos grises

by Unknown on 2:10 p. m.. #

Hace tanto me perdí en la prosa-espontánea.

by Miguel Rodríguez on 8:09 p. m.. #