aquí amamos noviembre

Yo solía escribir cosas como esta:



Let’s get out of this country comienza una canción de camera obscura que me gusta mucho. Yo pienso… let’s.



A mi viajar me gusta mucho. La libertad de poder agarrar una maleta casi vacía, porque es así como me gusta viajar a mí, llevando casi nada más que lo absolutamente necesario y cargada de regalos para quienes se visita…



Existe un placer exquisito en caminar sola por aeropuertos desconocidos, buscando gates y counters, arrastrando una maleta mas grande que una, con los audífonos a máximo volumen, pasaje y pasaporte en mano, junto con la taza de café a medio terminar, sabiendo que en unos minutos vas a estar a miles de kilómetros encima de todo y de todos.



No es que a mi me guste huir de los problemas, pero es lindo a veces pensar que estas a tantos pies por encima de ellos que no te pueden alcanzar.





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Depositar revelaciones en una bandeja de entrada antes de las 9 a.m.




Hoy le dije a mi papá que me iba, en febrero me voy le dije.





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Regalar confesiones todos los días.




Realmente fuiste la primera persona a la que se lo dije. Es una idea que llevo macerando desde hace mucho. La tenía muy nebulosa hasta que me contaste del tuyo. Fue ahí cuando recordé lo mucho que me gusta y lo mucho que extraño a mi tía y a R, de lo que me pasa cuando estoy con ellos y como cuando están cerca puedo ser esa yo que a mi me gusta tanto ser.



Es reconfortante saber, que existe gente que tan sólo siendo ella misma, puede evitar que pierdas a ese yo que siempre debiste ser, siempre quisiste ser. Mas reconfortante aún es saber, que no solo andan por el mundo esperando presentarte a tu verdadero yo, sino que existe la posibilidad que las encuentres.



(encontrar a quienes te ayudan a encontrarte, es uno de los ingredientes secretos de la felicidad eterna… si si, si que lo es)





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Ir por ahí coloreando explicaciones...


No es una decisión (el viaje) trascendental ni mucho menos, pero como que vuelvo a casa. Es difícil de explicar…..



Supongo que por eso mi papá se asusta tanto cuando le digo que me voy de viaje. Tiene miedo que en uno de los viajes, decida quedarme por allá, quedarme en casa, ya no volver más. Lo más triste (creo) es que en muchos aspectos tiene razón. Podría, sin aviso previo, quedarme. A veces pienso, que la que no tiene lazos muy fuertes soy yo…



(especialmente ahora, con todos fuera y yo aquí adentro)



No sé en que estaba pensando que de repente entré a su cuarto, me senté en su cama y le dije: me voy a Canadá en febrero. Se asustó muchísimo, aunque no lo dice. Tiene miedo, aunque no lo dice. Nunca me lo diría. El como yo, cree en el libre albedrío. En el no obligar, no pedir. Si algo debe de ser, será.



(en Inconscientes –la película que vi en el ccpucp- dijeron una frase que no me puedo sacar de la cabeza: hay algunas cosas que no se piden, se exigen…. ¿que cosas? ¿dónde se encuentran? ¿en qué momento es aceptable cruzar esa línea delgadita entre la petición y la exigencia? ¿ y con quienes?.... pero me estoy yendo por las ramas, por las hojitas también)



La última vez que viaje y decidí (de buenas a primeras) extender esos dos meses de vacaciones en seis meses, no me pidió que regresara. Nunca lo hizo; aunque después me hayan contado que estuvo deprimido por varias semanas, hasta que se resignó a que yo ya no volvía mas.


Y quizás no lo hubiera hecho.



Si es que no se hubieran tenido que mudar a Canadá, quizás hubiera seguido allá con ellos, junto a esos inviernos interminables llenos de copos de nieve y de cielos arco iris, de árboles pelados y de vientos gélidos…



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...entregando madrugadas y tristezas


Me ha atacado el insomnio… en japón son las 2 y 36 pm, en buenos aires son las 2 y 36 am y en Canadá la 1 y 36 am. A veces siento que no vivo en horas peruanas y que siempre estoy avanzando en husos horarios paralelos.



(extrañar esta lleno de trulzura)