aquí amamos noviembre

el cielo estuvo exquisitamente despejado,
la luna nos miró
de frente y ha podido sonreírnos
sin resguardo, sin temor

para no quitarle protagonismo
las estrellas se escondieron
tras el telón
nebuloso, siempre cuidadoso de sus
puestas en escena

cuando la luna esta llena y con
orgullo muestra la claridad
de su semblante
parece todo posible

en esta ciudad donde la humedad nos ahoga
y la neblina nos vuelve casi
espectros...
noches como esta te hacen decir
y hasta creértelo (aunque sea por un ratito): todo es posible.

Tanto optimismo a veces empalaga…
Hoy, que he tenido un sabor extraño y amargo en la boca se me hace ideal